Hemos pasado ya el ecuador de este mes de febrero y el invierno parece que empieza a dejarnos poco a poco, dando paso a la nueva estación, algunos síntomas nos dicen que la naturaleza se va desperezando poco a poco.
Uno de los primeros síntomas del inminente cambio de estación es la floración de los narcisos, estas pequeñas y hermosas plantas florecen en estos meses invernales, a veces abriéndose paso entre las nieves.
El Narcissus Asturiensis, es una de las especies más características que nos podemos encontrar, si paseamos estos días por el Parque Natural de Somiedo, podemos verla ocupando diferentes tipos de hábitats, tanto en praderas de montaña como en claros de bosques.
Es una planta protegida, cuyas principales amenazas son las relacionadas con alteraciones del hábitat y recolección de flores.
Aparece en la Directiva Hábitats como Especie de interés comunitario; en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Flora del Principado de Asturias como Especie de interés especial, y también en el Instrumento de Gestión Integrada del Parque Natural de Somiedo así que, si estos días la observáis, limitaos a contemplarla, fotografiarla o dibujarla.